Autismo: Primeros signos de alerta en niños.

El autismo o TEA (Trastorno del Espectro Autista) es un trastorno del neurodesarrollo que se genera en la niñez y permanece activo durante toda la vida del individuo.

Sus características fundamentales son: déficit o anormalidad en el desarrollo de la interacción social y/o la comunicación y repertorio restringido de actividades e intereses.

El punto clave de la atención en las personas con TEA es la detección temprana. Como hemos dicho, se genera en la niñez, por lo tanto es en esta época cuando aparecen los primeros signos de alerta.

En la mayoría de los casos incluso antes del año de vida del infante ya pueden aparecer ciertas señales.

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Primeros signos del TEA

Los primeros signos de TEA al principio son sutiles, y se suelen hacer más visibles a partir del segundo o tercer año de edad.

¿Cuáles son estas señales a las que tengo que prestar atención?

  • El niño no responde a su nombre.
  • El niño no mira al adulto ni tiene interés por el rostro humano (lo manifiestan desde las primeras horas de vida)
  • No tiene “sonrisa social”, es decir, no sonríe como forma de socialización con los adultos (ya presente desde las 8 semanas de vida).
  • Son difíciles de consolar. Lloran con fuerte intensidad y durante largo rato y no parece que haya algo que les calme.
  • No suelen mostrar gran interés por el contacto físico, ni con los adultos ni con el resto de niños.
  • Parecen ser algo inactivos.
  • No muestran fuerte temor a los extraños a partir de los 9-10 meses de edad.
  • Tiene un interés muy intenso por ciertos objetos de forma repetitiva y restringida (ej. Siempre el mismo juguete, no se separa de un objeto…). No le gusta, además que nadie use ese objeto o ese juguete ni invita a los demás a hacer uso de él.
  • No involucra a los demás durante el juego ni muestra juego creativo o simbólico (ej. que una fruta de juguete sea comida de verdad)
  • Cuando le ofrecemos algún juguete o que nosotros juguemos con él no le interesa esa oferta, prefiere seguir jugando en soledad.
  • No responde a nuestras señas para atender algo (ej. señalamos algo y no sigue la dirección del dedo).
  • Tiene una tensión corporal inusual, o en algunas partes del cuerpo (ej. muecas con la boca)
  • No usa contacto visual, ni vocalización, ni gestos para demandar ayuda. Por ejemplo, si tiene un juguete en marcha que se para y no sabe volverlo a poner en marcha no se lo tiende al adulto solicitando ayuda.
  • Realiza algunos gestos inusuales de forma repetitiva (balanceo, aleteo…).
  • Realiza algunos ruidos de forma repetitiva, que suelen ser carentes de significado lingüístico.
  • Usa un tono de voz algo extraño al hablar, como algo robótico (sin prosodia).
  • Es extremadamente sensible a algunas fuentes sensoriales (luces, ruidos, tacto…), los cuales suelen resultarles muy molestos.
  • No tiene gran variedad de expresiones faciales.

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¿Tu hijo cumple los requisitos del TEA?

Si tu hijo cumple alguno de estos signos no te asustes… todo niño puede cumplir alguno y no por ello es indicativo de algún tipo de problema del neurodesarrollo, ya que es cierto que cada niño es diferente en su ritmo de adquirir habilidades.

Sin embargo, si vemos que varios apartados de esta lista se cumplen recomendamos consulten con su pediatra o neuropediatra para que realice un diagnóstico en profundidad.

A tu profesional de referencia le puede ayudar que lleves vídeos grabados de tu hijo en momentos de interacción con objetos y contigo, por ejemplo, jugando a algún juego donde se pueden observar varios de los puntos de esta lista de “señales de alerta”.

Diagnóstico de TEA

Si este diagnóstico neurológico determinase que su hijo tiene TEA la terapia psicológica infantil –así como otros tratamientos adyacentes- es fundamental para ayudar al desarrollo de estos niños y asegurar su máxima potencialidad posible.

Además, puede que tú, como padre de un niño con TEA, te veas en una situación nueva, estresante y llena de incertidumbre y preocupaciones. Nunca es fácil enfrentarse a esta nueva vivencia cargada de interrogantes.

En AGS Psicólogos podemos ayudarte a enfrentar esta nueva situación. Te ofrecemos ayuda con tratamiento específico de autismo para tu hijo y también podemos ofrecerte terapias de ayuda a padres.

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