Especialistas: Psicólogos especializados

La importancia de saber comunicar y escuchar

Según Watzlawick, todo lo que hacemos conlleva un componente comunicativo, es decir, es imposible no comunicar.

Los humanos somos seres sociales por naturaleza y tenemos la necesidad de comunicarnos.

Según la teoría clásica de la comunicación humana, hay seis componentes básicos en el proceso de comunicación:.

• Emisor: emite el mensaje con intención comunicativa. Debe prestar atención continua a las reacciones del receptor para ver cómo está siendo recibido su mensaje y adoptar las acciones oportunas.
• Receptor: persona que recibe el mensaje.
• Canal: medio por el que envía el mensaje.
• Mensaje: idea o conjunto de ideas codificadas que el emisor transmite.
• Código: signos y reglas empleadas para enviar el mensaje.vEl código debe ser común en el receptor y el emisor.
• Contexto: abarca desde la situación específica de la comunicación o el entorno físico hasta las causas por las que la misma tiene lugar o el estado psicológico de los interlocutores.

Cuando hablamos con una persona no solo nos vemos influidos por lo que está ocurriendo entre nosotros, sino también por la interpretación personal que cada uno hacemos de los acontecimientos.

Así, el habla tiene, al menos, tres niveles de significados: lo que el hablante está diciendo, lo que el hablante piensa que está diciendo y lo que el interlocutor piensa que está diciendo el hablante.

Leyes básicas de la comunicación

Por todo ello, podemos establecer unas leyes básicas de comunicación:

LEY 1. LO VERDADERO NO ES LO QUE DICE A SINO LO QUE ENTIENDE B.

Cuando recibimos un mensaje, no lo captamos y percibimos precisamente tal y como lo tenía en su mente el emisor, incluso cuando éste se exprese con la mayor claridad ya que los valores, prejuicios, resentimientos y experiencias pasadas, entre otros, condicionan el procesamiento del mensaje.

La única excepción a esta regla es la transmisión de fórmulas matemáticas.

LEY 2. CUANDO B INTEPRETA UN MENSAJE DE A, EL RESPONSABLE ES SIEMPRE A.

La responsabilidad de la comunicación correcta es del emisor.

Cuando le decimos algo a alguien, debemos comprobar si el recepto ha comprendido correctamente, si omitimos este «feedback» no podemos responsabilizar al receptor.

Como lograr una comunicación efectiva

Por lo tanto, para lograr una comunicación efectiva hay que tener en cuenta que:

– La realidad no existe de forma objetiva: cuando percibimos la realidad inmediatamente la valoramos según nuestra propia subjetividad, es decir, un mismo acontecimiento puede ser interpretado y valorado de forma muy diferente según quien lo perciba.

– Existen mecanismos de pensamiento inconscientes o pensamientos automáticos, creados para ahorrar tiempo y energía mental, pero que a veces dificultan o destruyen la comunicación. Entre otros, encontramos, por ejemplo:.

• Filtraje: de una situación o experiencia se repara solo en los detalles negativos y se magnifican, no teniendo en cuenta los positivos.
• Pensamiento dicotómico: las cosas se ven como buenas o malas, blancas o negras, sin posibilidades intermedias.
• Personalización: pensar que lo que los demás hacen o dicen tiene una estrecha relación con nosotros mismos.
• Culpbilidad: se da cuando creo que los demás son responsables de mi sufrimiento o de las cosas malas que me ocurren, o por el contrario, cuando me asumo como responsable de todos los problemas y desgracias ajenas.
• Falacia de cambio: ocurre cuando suponemos que una persona cambiará de conducta para adaptarse a nosotros, si se la presiona lo suficiente. El resultado normalmente es que el otro se siente atacado y no cambia en absoluto.

Escucha Activa

Tan importante es hablar, comunicar nuestras ideas o pensamientos, como saber escuchar a nuestro interlocutor, por ello, a continuación os presento una técnica llamada Escucha Activa, que es una de las herramientas más importantes cuando queremos que la comunicación sea de calidad.

Esta técnica, requiere comprender la totalidad del mensaje, buscando entender desde el punto de vista de la persona que nos habla, qué nos quiere decir, buscando interpretar correctamente su significado.

Encontramos algunos obstáculos que entorpecen esta capacidad:

• Oír sólo lo que nos interesa: no prestamos atención a aquello que no coincide con nuestros puntos de vista o intereses.
• Los prejuicios: juzgamos anticipadamente al emisor y a su mensaje.
• Las barreras físicas o psicológicas: como el cansancio, el clima establecido, la agitación emocional.
• Las réplicas constantes: interrupciones, tensiones.
• No estar en posición de oír: fingir escuchar cuesta menos que escuchar de verdad, normalmente fingimos escuchar cuando estamos pensando en qué vamos a contestar sin escuchar qué nos están diciendo.

Al contrario de lo que puede ocurrir en el habla, la escucha es una tarea que requiere concentración y esfuerzo.

El cerebro humano tiene una capacidad de pensamiento de entre 350 y 700 palabras por minuto, en cambio, la capacidad de procesamiento de mensajes hablados apena supera las 130 palabras por minuto.

La diferencia entre ambas capacidades se llena con pensamientos accesorios a lo que nos están diciendo que requiere de una actitud activa para ser eliminados.

Proceso de la Escucha Activa

Frente a estos obstáculos, el proceso a seguir para la escucha activa sería:

1. contentarse y ser conscientes del interlocutor.

2. preguntarse de forma reflexiva si lo que estamos entendiendo es lo que quiere decirnos.

3. retroalimentar, resumir: pedir aclaraciones para evitar confusiones y parafrasear partes del mensaje. Hay que tener cuidado para no interrumpir.

Una de las ventajas que nos ofrece que nos aporta tiempo para evaluar y comprender a la persona que nos está hablando para poder precisar y adecuar una buena respuesta.

También nos permite tranquilizar las situaciones tensas, al sentirse comprendido nuestro interlocutor, con ello es más fácil lograr una cooperación para llegar más rápido a un acuerdo.

¿Qué necesitamos hacer para utilizar la escucha activa en nuestra próxima conversación o discusión?

• Evitar ruidos ambientales, interrupciones.
• Evitar distracciones mentales para no desconectar del interlocutor.
• Hay que hacer un esfuerzo especial para que nuestra atención no decaiga, sobre todo hacia la mitad del mensaje.
• Observar el lenguaje corporal.
• Ser conscientes de nuestros prejuicios e ideas preconcebidas, es importante juzgar el contenido, no quien lo emite.
• Mostrar empatía con la otra persona, ponernos en su lugar, lo que no quiere decir que haya que estar de acuerdo.
• Identificar los puntos claves del mensaje.
• Acciones concretas que indiquen al interlocutor que le estamos escuchando, como asentir con la cabeza.
• No interrumpir, salvo que sea necesaria alguna aclaración
• Realizar preguntas abiertas
• Parafrasear, resumir, reformular.
• La posición es muy importante, puesto que si no estamos dirigidos hacia la persona que nos está hablando, es posible que no perciba que le estamos escuchando. Una postura receptiva y una mirada directa a los ojos de la persona que está hablando harán que perciba que estamos preparados y dispuestos a prestarle toda nuestra atención.

Recuerda utilizarlo sobre todo cuando hables con tu pareja, ya que es importante sentirnos escuchados por la persona con la que compartimos nuestra vida.

Si con ello no consigues resolver algunos problemas, recuerda que hay profesionales que pueden ayudarte a mejorar la comunicación con tu pareja para resolver vuestros conflictos.