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Las decisiones que nos bloquean

El hecho de estar presentes en este mundo y ser conscientes de su avance, nos lleva de manera inevitable a estar tomando decisiones en todo momento.

Algunas de ellas son muy rutinarias y las llevamos a cabo sin darnos cuenta, como, por ejemplo, que tipo de leche a elegir en el supermercado, como vamos a aprovechar las horas de nuestro día libre, que ropa me voy a poner hoy para ir al trabajo… puede que en algún momento este tipo de situaciones estuviesen determinadas por procesos controlados, pero al ser situaciones cotidianas del día a día pasan a ser procesos automáticos que llevamos a cabo casi sin darnos cuenta.

Sin embargo, con cierta frecuencia nos tenemos que enfrentar a problemas en los que tenemos que tomar una decisión, los cuales, consideramos que puede tener unos efectos considerables en nuestro futuro más próximo.

Algunos de ellos son relativamente sencillos y decidirnos por una solución no nos conlleva un elevado nivel de malestar.

Otros, sin embargo, nos plantean diversos escenarios y muchos factores que pueden alterar el resultado, lo que en algunos casos nos produce dudas continúas sobre cómo afrontarlos y finalmente llevarnos a la indecisión y el bloqueo.

Definición de problema

Antes de explicar por qué a ciertas personas les cuesta tanto tomar decisiones, vamos a dar una definición precisa de lo que en psicología entendemos por problema.

Una situación problemática, puede ser tanto real como imaginaria, y es aquella que se nos está demandando que demos una respuesta, que no tenemos o no sabemos cómo aplicar en ese momento.

Cuando se nos presenta una situación de este tipo, en la que la decisión plantea muchos escenarios y comportamientos diferentes, podemos llegar a considerar que existe una solución perfecta, mucho mejor que todas las demás y que en mis manos cae el peso de que finalmente todo salga bien.

O, por el contrario, puedo llegar a pensar que no seré capaz de hacer frente a la situación y mi decisión surgirá más de un comportamiento impulsivo que desde la reflexividad.

Factores que dificultan la toma de decisiones

Algunos de los factores que nos dificultan tomar decisiones y pueden llevarnos al bloqueo y la indecisión son:

Incertidumbre:

Ciertas personas son más vulnerables a la incertidumbre, llegando a no ser capaces de tolerarla. Cuando se presentan situaciones en las que no tenemos certeza de que es lo que va a ocurrir, esta intolerancia puede llegar a crear altos niveles de malestar.

Emociones desagradables:

En este sentido existe mucha variabilidad entre las personas. Generalmente se pueden experimentar elevados niveles de miedo, por el temor a que la decisión pueda ocasionar un problema mayor, frustración al vernos incapaces de afrontar de manera adecuada la situación, tristeza al anticipar una pérdida como consecuencia de los resultados.

Distorsiones cognitivas:

Como hemos indicado anteriormente es necesario un proceso de reflexividad cuando estamos ante una situación en la que no tenemos directamente una solución óptima. Ciertos pensamientos distorsionados, pueden llegar a impedirnos que este proceso sea eficiente.

Como caer en el error de anticipar negativamente los resultados de mi decisión, o catastrofizar, pensando que si no doy con la “única” solución adecuada puede conllevar un perjuicio para mí o para los demás que nos seremos capaces de soportar.

Altos niveles de ansiedad:

Generando gran malestar y produciendo síntomas tanto físicos, como cognitivos y fisiológicos. Lo que aumenta la necesidad de huida de la situación y complica mucho que pongamos en marcha las destrezas y habilidades para tomar una decisión de manera óptima.

Estos factores que acabamos de repasar son extremadamente desagradables para las personas que los experimenta y en el caso de ser muy intensos o poco tolerables, conllevaría casi de manera inevitable a la postergación de la decisión o a llevarla a cabo de manera impulsiva.