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¿Qué es el refuerzo positivo?

Reforzamiento positivo para orientar una conducta.

Un reforzador positivo psicológico es un acontecimiento que presentado inmediatamente después de una conducta, provoca que la frecuencia o la posibilidad de que ocurra la conducta aumenten.

A grosso modo significa recompensa o premio. Cuando descubrimos que un evento funciona como reforzador positivo para una persona concreta en una situación determinada, puede usarse para fortalecer otros comportamientos de esa misma persona en otras situaciones.

En AGS contamos con psicólogos infantiles especializados en reforzamiento positivo y ansiedad.

Profesionales especialistas en psicología positiva

Principio de refuerzo positivo

Se basa en el principio de refuerzo positivo, según el cual si en una situación determinada alguien hace algo que es seguido inmediatamente de un reforzador positivo, es más probable que repita la misma acción la próxima vez que se enfrente a la misma situación.
No siempre somos conscientes de las consecuencias que le siguen a nuestro comportamiento ni de los efectos que tienen sobre nuestras conductas. Por ello, muchas veces no nos damos cuenta de cómo opera el reforzamiento positivo aumentando algunas de nuestras conductas. Otras veces, podemos utilizarlo en terapia para cambiar nuestro comportamiento.

¿Qué tipos de refuerzos positivos existen?

Refuerzo positivo natural: Cuando nuestras acciones causantes, generan unas consecuencias lógicas derivadas de nuestras acciones.

Refuerzo positivo por recompensas: Disfrutar de una situación agradable, tras realizar una tarea, que requiere cierto esfuerzo.

Refuerzo positivo social: Cuando alguien o grupo de nuestro entorno, valora una tarea o acción que hemos realizado. Por ejemplo, un responsable de departamento, agradeciendo a su equipo el buen trabajo.

Refuerzo positivo tangible: Disfrutar de un bien tangible positivo (juguete, dinero…), tras realizar una tarea o comportamiento que requiere cierto esfuerzo, para la persona premiada.

Ejemplos de refuerzos positivos

Ejemplo de refuerzo positivo natural:

  • Si voy al gimnasio y como sano, me sentiré mejor.
  • Si estudio de forma continuada y concentrado tendré mas posibilidades de aprobar.
  • Si soy comprensivo con los demás, será más fácil que lo sean conmigo.

Ejemplos de refuerzo positivo por recompensas:

  • Hoy he trabajado mucho, así que por la tarde me relajaré viendo una película.
  • Cuando termine las tareas, me iré a jugar con mis amigos.
  • Limpiaré la casa y al terminar me prepararé un aperitivo en el jardín.

Ejemplos de refuerzo positivo social:

  • Muy bien hijo, te organizaste muy bien las tareas de la semana.
  • Felicito a todo el equipo, por el proyecto entregado.
  • Hoy has defendido muy bien, te felicito por tu compromiso con el equipo.

Ejemplos de refuerzo positivo tangible:

  • Si sacas buenas notas, pondremos una canasta en el jardín.
  • Si consigues un trabajo, te ayudaré a pagar tu piso.
  • Si consigues aumentar las ventas, te ascenderemos de puesto y sueldo.

Seleccionar correctamente el comportamiento que se quiere incrementar

¿Qué hacemos para que sea eficaz?

Se debe identificar el comportamiento específicamente. Si por ejemplo queremos aumentar la “simpatía” debemos identificar aspectos específicos, como sonreír más etc.

Seleccionar correctamente los reforzadores

Sobre gustos no hay nada escrito. Sin embargo, hay algunos estímulos que son reforzadores para todo el mundo, como la comida si no se ha comido nada en las últimas horas.

Los reforzadores positivos son acontecimientos que fortalecen una respuesta cuando se dan después de que esta haya ocurrido.
Podemos organizar los reforzadores positivos en cinco categorías:

  • Consumo: galletas, golosinas, refrescos.
  • Actividad: ver la televisión, ojear un libro de dibujos, mirar por una ventana.
  • Manipulativos: colorear, montar en bicicleta, jugar con algo.
  • Posesión: sentarse en su silla preferida, ponerse los pantalones que le gusta, disfrutar en exclusiva de un objeto.
  • Social: abrazos, elogios, sonrisas. Recibir atención de otras personas es un reforzador muy potente.

Por otro lado, David Premack formuló en 1959 formuló el principio de Premack, según el cual la oportunidad de llevar a cabo una conducta de alta probabilidad de ocurrencia (algo que hacemos muy a menudo) puede emplearse para reforzar la conducta de baja probabilidad de ocurrencia.

Se aconseja permitir que la persona implicada elija ella misma los reforzadores, aunque nunca se tiene la seguridad de que algo es un reforzador hasta que se demuestre que funciona realmente como tal para esa persona, es decir, un objeto o evento se define como reforzador sólo por su efecto sobre la conducta.

Si hasta aquí alguien está pensando que al introducir reforzadores después de cada conducta que queremos aumentar disminuye la motivación intrínseca (la que te motiva a hacer cosas por el simple placer de hacerlas) y aumenta la extrínseca (la que te motiva a hacer cosas por recibir algo a cambio), es necesario decir que todos los reforzadores implican estímulos externos (extrínsecos) e internos (intrínsecos), por lo que la motivación intrínseca no se vería disminuida.

Seleccionar correctamente como se otorgan los reforzadores

Las operaciones motivacionales (de establecimiento o de abolición) hacen referencias a situaciones o condiciones que alteran temporalmente la efectividad de un reforzador, así como la frecuencia de la conducta reforzada. Dos de estas situaciones son la privación y la saciedad:

  • Privación: describe el periodo, antes de la sesión de entrenamiento, en el que el individuo no experimentó el reforzador. Se trata de una operación de establecimiento.
  • Saciedad: se trata de la condición en la que la persona ha experimentado tanto el reforzador que ya no es reforzante. Se trata de una operación de abolición.

La mayoría de los reforzadores perderá efectividad a no ser que se haya privado a la persona de ellos durante un tiempo antes de otorgarlos. Generalmente, cuanto mayor haya sido el tiempo de privación más efectivos serán. Si estoy con el estómago lleno porque me he tomado un paquete de galletas, esas galletas difícilmente van a reforzar un comportamiento.

Seleccionar correctamente el tamaño del reforzador

Debe ser lo suficientemente grande como para reforzar la conducta que se quiere incrementar, pero lo suficientemente pequeño para minimizar la saciedad y que se puedan hacer varios ensayos en una sesión.

Debe ser lo suficientemente grande como para reforzar la conducta que se quiere incrementar, pero lo suficientemente pequeño para minimizar la saciedad y que se puedan hacer varios ensayos en una sesión.

Usar instrucciones o reglas

Las instrucciones pueden facilitar el cambio conductual de varias maneras, por lo que es aconsejable utilizarlas. En primer lugar, si se entienden aceleran el aprendizaje.

En segundo lugar, pueden influir en un individuo que trabaja por un reforzador demorado (como cuando te pagan al final de mes por tu trabajo) las instrucciones median o “hacen de puente entre la respuesta y el reforzador demorado. En tercer lugar, seguir instrucciones nos ayuda a aprender a seguir instrucciones.

Diferenciar entre refuerzo contingente y no contingente

Ello depende de cuándo es presentado el reforzador:

  • Es contingente cuando una conducta ocurre antes de que el reforzador sea presentado. Le doy a mi perro una galleta cada vez que obedece mi orden “sienta”.
  • Es no contingente cuando el reforzador se presenta en un momento determinado, independientemente de qué conducta le ha precedido. Le voy dando galletas a mi perro cuando me parece.

Hay que tener cuidado con los reforzadores no contingentes, ya que además de no favorecer la conducta deseable, puede incrementar comportamientos no buscados que se han reforzado por casualidad. Es decir, la conducta que es seguida accidentalmente por un reforzador se fortalece aunque no fuera esa la intención. Esto se denomina reforzamiento fortuito y se conoce como conducta supersticiosa a la obtenida mediante este mecanismo.

Cambio de reforzador artificial a reforzador natural

Hay dos tipos de reforzadores:

  • Los naturales, que ocurren en entornos naturales y no están programados.
  • Los artificiales, manipulados deliberadamente por psicólogos o profesores para que actúen incrementando una conducta.

Después de haber establecido una conducta gracias al reforzamiento positivo (que un niño diga palabras y reciba una golosina), es posible que un reforzador del entorno natural de la persona asuma su mantenimiento (que en casa diga palabras y reciba atención de los familiares).

¿qué puede salir mal?

Este principio no solo opera para las personas que lo conocen y aplican para aumentar conductas adaptadas, también lo hace para quien lo desconoce y, sin saberlo, podrían fomentar comportamientos inadaptativos, como por ejemplo, si mi hijo me está molestando mientras escribo este artículo y le doy 5 euros para que vaya a comparar chuches y me deje trabajar, es probable que en un futuro vuelva a hacerlo.

De este modo, muchas conductas disfuncionales pueden deberse a la atención social que se recibe al hacerlas, como cuando un niño se porta mal y recibe más atención que los demás.

María Hurtado