Especialistas: Terapia de pareja

Razones por las que Mi Pareja Me Habla Mal o Está de Mal Humor

Es normal que las parejas pasen por momentos de tensión y estrés, lo que puede provocar que uno de los miembros de la relación reaccione con mal humor o hable mal. Sin embargo, cuando este comportamiento se vuelve recurrente, es importante entender las causas subyacentes para abordarlo de manera adecuada. Aquí te presentamos algunas de las razones más comunes por las que tu pareja puede estar de mal humor o hablarte mal, y cómo estas situaciones pueden ser gestionadas dentro de la relación.

Estrés y Tensión Acumulada en la Relación

Uno de los factores más comunes detrás del mal humor y las palabras hirientes es el estrés acumulado. Las preocupaciones cotidianas, el trabajo, las responsabilidades familiares y las tensiones financieras pueden afectar el bienestar emocional de tu pareja. Cuando una persona se siente abrumada, es más probable que reaccione de manera irritable o agresiva, incluso si no es intencionado. En este caso, el estrés puede actuar como un detonante que lleva a respuestas desproporcionadas, como gritar o hablar mal.

Es importante no tomar estas reacciones de manera personal y, en lugar de ello, buscar formas de ayudar a reducir el estrés, ya sea a través de una conversación abierta o sugiriendo actividades que promuevan la relajación.

Problemas Externos que Afectan la Comunicación

A veces, el mal humor de tu pareja no está relacionado directamente con la relación en sí, sino con factores externos que afectan su bienestar emocional. Estos pueden incluir problemas laborales, conflictos familiares o crisis personales que no se han gestionado de manera adecuada. Cuando una persona está emocionalmente agotada o abrumada por situaciones fuera de su control, es posible que canalice su frustración hacia la persona más cercana, lo que en muchos casos es su pareja.

Es crucial en estos casos fomentar la empatía y la paciencia, abriendo un espacio seguro para que tu pareja exprese sus preocupaciones sin sentirse juzgada.

Dificultades Personales o Emocionales de Tu Pareja

Es posible que el mal humor o las palabras hirientes de tu pareja estén relacionadas con dificultades emocionales internas, como la ansiedad, la depresión o una baja autoestima. Estos problemas pueden manifestarse a través de comportamientos irascibles o despectivos, ya que la persona no sabe cómo lidiar con sus emociones. A veces, la persona que sufre internamente puede proyectar su malestar en los demás, lo que puede dar lugar a tensiones en la relación.

En este tipo de situaciones, es importante no solo abordar el mal comportamiento, sino también buscar ayuda profesional si es necesario, para que ambos puedan entender las causas profundas detrás de las acciones de tu pareja y trabajarlas juntos.

Cómo Afecta el Mal Humor de Mi Pareja a Nuestra Relación

El mal humor en una pareja no solo genera momentos incómodos, sino que también puede deteriorar la relación a largo plazo. Cuando el mal humor se convierte en una constante, afecta la manera en que se comunican, cómo resuelven los conflictos y el nivel de confianza y cercanía entre ambos. A continuación, te explicamos las principales formas en que el mal humor impacta en tu relación y por qué es importante abordarlo a tiempo.

Impacto en la Comunicación y el Respeto

El mal humor constante puede llevar a una comunicación ineficaz o incluso agresiva. Si tu pareja te habla mal cuando está de mal humor, es probable que la comunicación se vuelva defensiva y emocionalmente cargada. Los comentarios hirientes, las críticas y los reproches frecuentes pueden hacer que ambos se sientan incomprendidos o atacados, lo que mina el respeto mutuo. Con el tiempo, esto puede llevar a la desconexión emocional, ya que cada interacción se vuelve tensa y agotadora.

Efectos en la Salud Mental y Emocional

Cuando el mal humor de tu pareja se convierte en una constante, es natural que empieces a sentir un impacto en tu propia salud emocional. Vivir en un entorno donde hay tensión constante puede provocar ansiedad, estrés e incluso sentimientos de tristeza o desesperanza. También puede hacer que te sientas responsable del mal humor de tu pareja, llevándote a cuestionarte a ti mismo o a culparte por las reacciones negativas.

Por eso, es esencial reconocer estos efectos en tu bienestar y no ignorarlos. Mantener un equilibrio emocional en la relación es clave para que ambos se sientan seguros y valorados.

Cómo el Mal Humor Puede Crear Distancia en la Pareja

El mal humor no resuelto puede crear una barrera emocional entre los dos. La persona que es objeto de los comentarios hirientes o el mal trato puede comenzar a distanciarse emocionalmente, evitando conversaciones profundas o momentos íntimos por miedo a nuevas reacciones negativas. Este distanciamiento emocional, si no se aborda, puede convertirse en distanciamiento físico, afectando la intimidad y el tiempo que pasan juntos. A largo plazo, la relación puede deteriorarse si no se toman medidas para mejorar la dinámica.

Es importante reconocer esta dinámica y trabajar en ella para evitar que el mal humor se convierta en un problema insalvable en la relación.

¿Qué hacer cuando nuestra pareja está constantemente de mal humor, me grita o me habla mal?

Muchas veces nos encontramos discutiendo con nuestra pareja por motivos por los que normalmente no lo haríamos, pero ese día sí porque uno de los dos está irritado por otro motivo, está más sensible o está constantemente de mal humor.

A continuación presentamos varios métodos que pueden ayudar a rebajar la hostilidad en esos momentos y evitar así una discusión mayor.

Hay que recordar insistentemente que los gestos desagradables no siempre están destinados a nuestra persona. Esta sensación, puede generar el comienzo de una discusión.

Si bien somos receptores finales de críticas, argumentos, mal humor u hostilidad podemos sentir como si las emociones negativas estuvieran dirigidas a nosotros, pero la mayoría de las veces no lo están. Por ello, es importante que nos hablemos a nosotros mismos y nos digamos que no somos necesariamente el blanco; por casualidad estamos allí en ese momento.

Es importante tener en cuenta que no se garantiza el resultado con solo un método de trabajo, sino que es mejor aprender varios métodos y usar uno o más si es necesario para eliminar la situación o alterar su tono emocional hacia una dirección positiva.

1. Ignorar el comentario subido de tono y responder con actitud calmada

Se trata de simplemente ignorar la explosión. Esto se llama extinción y con ellos conseguimos que la conducta disminuya o cese.

Sin embargo, no se debe usar si el acaloramiento emocional de uno de vosotros es tan grande que ignorar pueda servir para seguir provocándole hasta el punto de aparecer la violencia física.

Para que esto no ocurra es importante que ambos aprendáis a usar vuestra observación e intuición para ver cómo ignorar está afectando a la parte emocional, y de este modo determinar cuando está teniendo efectos deseables e indeseables.

Por ejemplo, si mi pareja llega a casa y yo noto que está enfadada porque ha tenido un mal día y de repente se queja de no encuentra algo que está buscando, gritando que en esta casa se pierde todo, yo puedo ignorar ese comportamiento en lugar de responderle diciendo que lo habrá perdido él.

Máxima especialización.

2. Respuesta con gratificación positiva

Este método resulta útil cuando nos enfrentamos a las primeras señales de la irritabilidad de nuestra pareja. Es posible que si respondemos con sentimientos positivos, el mal humor del otro disminuya o se disipe.

Podemos hacerlo usando la comunicación no verbal, por ejemplo sentándose cerca del compañero malhumorado, cogiendo su mano, acariciando el pelo o dando un beso o abrazo.

Estas gratificaciones no verbales, dadas de manera libre, espontánea y no solicitada, pueden vencer el enojo y la irritabilidad de nuestra pareja.

3. Cambiar el tema hacia una gratificación mutua

Si vemos que nuestra pareja está enfadada podemos sugerirle salir a cenar, a por un cucurucho de helado, a tomar una taza de café en un restaurante, a tomar una copa o a ver una película.

Con ello tratamos de cambiar la escena, puesto que eso ayuda a romper el estímulo que alimenta la hostilidad y la molestia.

Recomendamos que el cambio sea a un lugar que le guste a nuestra pareja, que haya dicho en alguna ocasión que quiere visitar o que pensemos que le pueda sorprender.

4. Humor

Cuando vemos que nuestra pareja está enfadada y nos va a criticar por algún motivo, podemos cambiar la emotividad de la conversación, con algo gracioso y positivo.

Con ello tratamos de cambiar el contexto emocional, de una situación muy seria a otra más divertida y agradable.

5. Asertividad repetida

Con esta técnica, también llamada disco rayado, podemos responder a nuestra pareja repetidamente que no somos los culpables de su estado emocional.

Es una buena idea, que antes de utilizar esta técnica concretemos con nuestra pareja qué frase vamos a repetir, como por ejemplo: yo no voy a ser el blanco de tu ira.

Hay que tener cuidado con este método y ver cómo afecta a nuestra pareja. Si tiene un efecto contrario, obviamente, debe usarse otro.

6. Empatía

Esta técnica requiere mucha práctica y paciencia. Se trata de expresar los sentimientos que puede estar teniendo la otra persona, de esta manera puede que al sentirse comprendido su irritabilidad baje y no se produzca una escalada de destructividad.

Por ejemplo, si mi pareja ha llegado irritada porque ha tenido que esperar mucho en la estación por una avería del tren, puedo decirle que comprendo que se haya sentido frustrada e impotente, con las ganas que debía de tener de llegar a casa.

7. Asertividad empática

Se trata de juntar las dos técnicas anteriores. Se empieza por empatizar con el otro poniéndose en su lugar, después una frase que indique claramente que no queremos que lo pague con nosotros. Se puede terminar con una petición de cambio.

Madrid, Alcorcón, Alcalá de Henares y Las Rozas.

8. Time-out o tiempo fuera

Es una técnica que utilizan muchas personas, alejarse de la persona hostil hasta que se le pase.

Sin embargo, a menudo está técnica que hace de forma incorrecta, puesto que para que podamos llevarla a cabo de una manera que nos permita obtener mejores resultados, debemos seguir una serie de pasos: (Es importante que el esposo que se someta al time-out no se despida enojado. El objetivo es proporcionar a ambas partes un espacio y un periodo de tiempo para calmarse).

  • Especificar la conducta del otro que está causando un problema. Cariño, desde que has llegado no has dejado de decirme las cosas que te molestan de mi comportamiento de esta tarde.
  • Expresarle nuestros sentimientos en relación con la hostilidad o el mal temperamento. Creo que aunque puedas tener razón en algunas cosas hay otras en las que te estás pasando y eso está haciendo que me sienta muy mal.
  • Explicar la razón del time-out. Decir por qué te vas. Voy a dar un paseo para que ambos tengamos espacio para pensar.
  • Indicar cuánto tiempo durará el time-out. Estaré de vuelta en 30 minutos.
  • Decir dónde se va a estar. Iré al parque donde solemos sacar al perro.
  • Plantear que se alegrará de hablar de la situación a la vuelta. Cuando vuelva espero que los dos estemos más calmados y podamos hablar sobre lo que ha pasado.

9. Saludos positivos

Es importante cuidar las primeras impresiones que tenemos al vernos con nuestra pareja al final del día.

Cuando nos saludamos de una manera adecuada podemos prevenir explosiones de irritación.

No es lo mismo que yo entre a casa y diga “hola, ya estoy aquí” a que entre, vaya a dar un beso y un abrazo a mi pareja y diga “qué ganas tenía de verte, ¿cómo has pasado el día?”.