“He solicitado una primera consulta porque no sé lo que me pasa. El otro día iba por la calle y me empecé a encontrar mal. El corazón se me salía del pecho, me empezaron a sudar las manos, me costaba mucho respirar y me daba vueltas la cabeza. Creía que iba a perder el control, que me iba a morir. Cuando llegué a urgencias me dijeron que mi tensión era normal y mi capacidad pulmonar prácticamente plena. Había sufrido una crisis de ansiedad

Reconocer y tratar estos episodios de ansiedad es crucial, ya que el conocimiento adecuado y la intervención temprana pueden mejorar enormemente la calidad de vida.

Este artículo pretende ofrecer una comprensión profunda del trastorno de pánico, aportando a los lectores con el conocimiento para que sepan identificar los síntomas y buscar el tratamiento adecuado lo antes posible.

QUE SON LOS ATAQUES DE PÁNICO.

Los ataques de pánico son un problema de ansiedad con episodios intensos de miedo extremo que ocurren sin una causa aparente y son tan abrumadores que pueden hacer sentir a la persona como si estuviera perdiendo el control o incluso muriendo.

Este temor irracional y la variedad de síntomas físicos agudos —como palpitaciones, sudoración, temblores o sensación de asfixia— pueden ocurrir en cualquier momento, añadiendo una capa de ansiedad persistente a la vida diaria de quien los padece.

Estos episodios pueden durar varios minutos o incluso horas y suelen comenzar en la adolescencia o la edad adulta con tasas más altas en mujeres según estudios, (1).

El trastorno de pánico se desarrolla cuando estos ataques son recurrentes y la preocupación sobre futuros episodios y sus consecuencias empieza a afectar el bienestar y funcionamiento diario. Este estado no solo afecta físicamente, sino que también provoca un desgaste emocional significativo, llevando a muchos a evitar situaciones que podrían desencadenar un nuevo ataque.

En Ags Psicólogos tenemos ambos tipos de perfiles de pacientes. Por un lado aquellos que tras un primer episodio se han asustado tanto que acuden al psicólogo de manera inmediata, y por otro lado aquellos que lo han dejado pasar porque con tratamiento farmacológico (ansiolíticos) lo han ido manejando pero lo han cronificado de tal manera que ya las pastillas no les hacen el efecto esperado y deciden acudir al psicólogo convirtiéndose ya en un trastorno de ansiedad.

CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO PARA PODER SUFRIR LOS ATAQUES DE PÁNICO.

La causa exacta de estos trastornos es compleja y multifactorial. Cada caso es particular y no siempre hay una causa aparente, pero en todos debemos de evaluar esta serie de variables:

A nivel fisiológico.

Se activa la respuesta de ‘lucha o huida’, preparando al cuerpo para enfrentar un peligro inminente. Esta reacción puede desencadenarse erróneamente, aún en ausencia de amenazas reales.

Cuando se produce una crisis de ansiedad o ataque de pánico, es como si nuestro cuerpo se pusiera a nivel físico en un nivel de alerta tan elevado como si realmente estuviera existiendo una amenaza real. En consulta les explico a mis pacientes que se activan físicamente igual que si en la sala hubiera un león del que nos tenemos que defender.

Predisposición genética e historia familiar.

La predisposición genética juega un rol significativo en el desarrollo del trastorno de pánico.
Estudios han mostrado que este trastorno puede tener una fuerte componente hereditaria. Si una persona tiene familiares cercanos que han experimentado trastorno de pánico u otros trastornos de ansiedad, su riesgo de desarrollar estos problemas puede ser mayor.
Antecedentes familiares de trastornos de ansiedad, depresión o el trastorno bipolar puede aumentar la susceptibilidad a desarrollar trastorno de pánico según diversos estudios, (2).

Desequilibrios cerebrales.

Los desequilibrios químicos cerebrales son considerados una de las posibles causas de los trastornos de pánico. Se cree que la alteración en los niveles de neurotransmisores como la serotonina, el GABA y la norepinefrina puede influir en la regulación del miedo y la ansiedad.

Condiciones médicas.

Varias condiciones médicas pueden contribuir al desarrollo de trastornos de pánico como el hipertiroidismo que puede desencadenar o intensificar síntomas de ansiedad y pánico debido a un exceso de hormonas tiroideas.

Asimismo, ciertas enfermedades cardiovasculares, respiratorias, y neurológicas pueden presentar síntomas que se confunden con ataques de pánico, como palpitaciones, dificultad para respirar, y mareos.

Experiencias traumáticas.

Las experiencias traumáticas son un factor significativo en el desarrollo de trastornos de pánico. Personas que han pasado por eventos altamente estresantes o traumáticos, como abusos sexuales o traumas en la infancia, pueden ser más susceptibles a experimentar ataques de pánico.

Cambios significativos en la vida de la persona.

Separaciones complicadas, pérdida de un ser querido o un trabajo son algunos ejemplos que pueden influir en la posibilidad de sufrir este trastorno.

Estrés crónico.

El estrés crónico es un factor importante en el desarrollo de trastornos de pánico. La exposición prolongada a situaciones de alta tensión puede desencadenar una respuesta mal adaptativa en el cuerpo y la mente.
Con el tiempo, esta condición de estrés constante puede predisponer a una persona a tener ataques de pánico, incluso en ausencia de amenazas reales, alterando así la capacidad de manejar efectivamente el estrés diario.

Consumo excesivo de sustancias.

Como alcohol, nicotina y cafeína.

Medicamentos.

Hay medicamentos que pueden provocar crisis de ansiedad como efecto secundario.

SÍNTOMAS DE UN ATAQUE DE PÁNICO.

Una crisis o ataque de pánico generalmente se inicia de manera abrupta y frecuentemente alcanza su máxima intensidad entre 10 y 20 minutos, aunque algunos síntomas pueden persistir por más tiempo. Estos momentos de intensa ansiedad requieren diferenciación clara para un manejo adecuado.

Durante un ataque de pánico, los individuos pueden experimentar los siguientes síntomas:

  • Una intensa sensación de miedo o terror
  • Dificultad para respirar
  • Dolor en el pecho
  • Latidos cardíacos irregulares o acelerados
  • Sudoración excesiva
  • Náuseas, mareos y temblores
  • Hormigueo o entumecimiento en distintas partes del cuerpo

En el caso del trastorno de pánico, estos ataques se repiten y generan preocupación continua, alterando significativamente las actividades diarias.

Según diversos estudios, debido a la similitud de los síntomas, es común que un ataque de pánico sea confundido con un ataque cardíaco, (3). La principal interpretación con la que vienen los pacientes a consulta es que pensaban que les estaba dando un infarto por las palpitaciones tan fuertes que sienten y el dolor en el pecho que padecen cuando tienen la crisis, esto sumado a respirar con dificultad y sentir mareo les lleva a acudir e a urgencias en un porcentaje muy elevado de casos pensando que se trata de una causa física que se descarta con una serie de pruebas médicas.
Si el trastorno se cronifica, un porcentaje elevado de pacientes evita situaciones en las que es difícil escapar como coger el transporte público, ir al cine o a una discoteca pudiendo desembocar en una agorafobia y/o depresión por el aislamiento social que conlleva.

DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO DE PÁNICO.

El diagnóstico del trastorno de pánico se realiza generalmente a través de la evaluación clínica por un profesional de la salud mental. Esta evaluación incluye la discusión de los síntomas del paciente, su historial médico y psicológico, y a menudo excluye otras condiciones médicas que podrían causar síntomas similares, como problemas cardíacos o respiratorios.

El diagnóstico puede ser apoyado por herramientas como el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), que proporciona criterios específicos para el trastorno de pánico.

Por eso en Ags Psicólogos no es extraño que recibamos llamadas de personas que están sufriendo un ataque de pánico en ese momento y les tengamos que atender y tranquilizar explicándoles lo que les pasa comentándoles que si siguen con dichos síntomas y no son capaces de manejarlos se acerquen a un servicio de urgencias a que les atiendan. En estos casos, los médicos realizan un examen físico y una evaluación psiquiátrica, incluyendo pruebas de sangre para descartar otros trastornos médicos y en la mayoría de los casos al igual que nosotros recomiendan un tratamiento psicológico.
Es crucial también considerar posibles trastornos relacionados con el abuso de sustancias, que pueden presentar síntomas similares a los de un ataque de pánico y pueden aparecer como efectos secundarios de dicho consumo o abuso.
Este conocimiento detallado y la intervención médica temprana son vitales, ya que el trastorno de pánico puede ser altamente incapacitante, pero con el tratamiento adecuado, muchas personas logran una recuperación significativa y una calidad de vida mejorada.

CÓMO DIFERENCIAR UN TRASTORNO DE PÁNICO DE OTROS TRASTORNOS DE ANSIEDAD.

Aunque los ataques de pánico son una forma de ansiedad, se distinguen de otros trastornos de ansiedad por su intensidad y la rapidez con la que alcanzan su punto máximo.
Los ataques de pánico son típicamente breves, intensos y a menudo sin un desencadenante claro, mientras que otros trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, se caracterizan por una preocupación crónica y persistente que se prolonga durante meses.
Además, la ansiedad social y el trastorno de ansiedad específica suelen estar vinculados a situaciones u objetos específicos.
La clave para diferenciar un ataque de pánico es la combinación de su abrupta aparición y la variedad de síntomas físicos y emocionales intensos que no están típicamente presentes en la misma medida en otros tipos de ansiedad.

Por eso es tan importante diferenciar los síntomas que exprese el paciente e incidir en la frecuencia, intensidad y duración de los mismos, así como evaluar si existe una causa o situación que lo desemboque para hacer un buen análisis diferencial del caso.

CÓMO INFLUYE en la Vida Diaria el Trastorno de Pánico.

Las complicaciones de los ataques de pánico y el trastorno de pánico, si no se tratan adecuadamente, pueden tener un impacto profundo en diversas áreas de la vida. El temor constante a futuros ataques puede deteriorar significativamente la calidad de vida, llevando a un estado permanente de ansiedad.

A nivel personal.

El miedo constante a sufrir un ataque puede llevar a la evitación de actividades que antes se disfrutaban, reduciendo significativamente la calidad de vida y aumentando el aislamiento social pudiendo provocar una depresión, afectando a las relacionales personales.

Ejemplos que hemos tratado en la clínica son personas que solían disfrutar de salidas sociales con amigos y familiares. Sin embargo, después de desarrollar trastorno de pánico, comenzaron a evitar eventos sociales por miedo a tener un ataque de pánico en público y porque para el entorno a veces el paciente sufría aún más debido a la incomprensión o tensión que generaban dichos síntomas. Esto los llevó a un notable aislamiento, afectando a sus relaciones y su bienestar emocional pudiendo provocar además dependencia de otros a salir de casa o agorafobia que es el miedo a salir de casa, a lugares o situaciones que podrían causar pánico por la dificultad percibida de escapar.
Otras personas pueden desarrollar fobias específicas como el temor a conducir por miedo a sufrir una crisis de ansiedad.

A nivel profesional.

El trastorno de pánico puede afectar el desempeño laboral debido a la dificultad para concentrarse, la fatiga causada por la ansiedad crónica y la necesidad de faltar o llegar tarde al trabajo durante los episodios. La preocupación por posibles ataques puede limitar las oportunidades de carrera, especialmente aquellas que implican alta presión o exposición pública.

En Ags Psicólogos tenemos diversos pacientes en los que este trastorno ha influido en el área laboral, uno de los más comunes es cuando el paciente experimenta su primer ataque de pánico durante una presentación o acto público importante lo que desencadena evitar poderse exponer en público o acudir a reuniones importantes posteriores o realizar viajes, provocando un bloqueo en su carrera profesional. Por eso el acudir a nosotros para poder avanzar en su desarrollo profesional es fundamental.

TRATAMIENTO Y MANEJO DEL TRASTORNO DE PÁNICO.

El tratamiento del trastorno de pánico es multifacético y puede incluir terapias psicológicas, medicación y métodos alternativos.
La elección del tratamiento puede depender de las preferencias del paciente, la gravedad de los síntomas y la respuesta a tratamientos previos según diversos estudios, depende del tipo de paciente debemos analizar cuál es la combinación perfecta para abordarlo.

Terapia Cognitivo-Conductual (TCC).

La TCC es una de las terapias más efectivas para el trastorno de pánico. Trabaja identificando y cambiando los patrones de pensamiento negativo que contribuyen a los síntomas de ansiedad. Además, enseña a las personas técnicas de exposición para manejar y reducir los síntomas cuando estos ocurren.
En mis años de experiencia he sido consciente de que lo primero que debemos de hacer en el inicio del tratamiento para ayudar a un paciente a afrontar este trastorno es explicarle en qué consiste la ansiedad y de qué manera la vamos a afrontar para que se encuentre mejor, ya que dicha ansiedad es una curva que tiene un principio y un fin y debemos dejar que siga su curso en vez de intentar evitar dicha emoción esquivando las situaciones que nos generan miedo y que nos provocan la ansiedad. La clave es la exposición a dichas situaciones.

Medicación para el Trastorno de Pánico.

Los médicos pueden recetar medicamentos como antidepresivos (SSRIs y SNRIs) y benzodiazepinas para aliviar los síntomas del trastorno. Estos medicamentos pueden ayudar a regular algunos de los desbalances químicos en el cerebro que contribuyen a la ansiedad.

Tras 15 años de experiencia, en Ags Psicólogos nos hemos dado cuenta que muchos pacientes que vienen medicados acuden con síntomas de ansiedad bastante cronificados. ¿Cuál es el motivos?, el fármaco alivia los síntomas de ansiedad o de un posible ataque de pánico pero se trata de un parche, ya que una vez hayan desaparecido sus efectos la ansiedad volverá a aparecer. Lo que tenemos que hacer es enseñar al paciente técnicas y estrategias de afrontamiento psicológicas que va a ser lo que a largo plazo le ayudará a manejar la ansiedad para convertirla en una emoción sana y adaptativa en vez de algo patológico y limitante.

Terapias Alternativas.

Opciones como la meditación mindfulness y técnicas de relajación también pueden ser beneficiosas.

Respecto a las técnicas de relajación, existe el debate entre los profesionales de si son efectivas como técnicas de afrontamiento ante un ataque de pánico.
Desde mi experiencia depende del paciente y grado de ansiedad, pero sobre todo va a depender de en qué momento se utilicen. Es decir, por un lado si aprendemos a controlar la respiración practicando la respiración profunda diariamente y de una forma regular, puede ayudar a mitigar los síntomas de pánico cuando empezamos a sentirlos, ya que de esta manera entrenamos al cuerpo a usarlas eficazmente para bajar los niveles de activación fisiológica y que nuestro umbral de ansiedad se más bajo disminuyendo la probabilidad de una crisis.

Pero por otro lado si lo que pretendemos es utilizarlas justo en el momento de la crisis como algo puntual una vez se ha iniciado la curva de ansiedad sin haber entrenado, no van a resultar útiles.

Respecto a las técnicas de Mindfulness pienso que si realizamos una práctica regular nos pueden ayudar a desarrollar una mayor conciencia de los pensamientos y emociones que surgen cuando el paciente sufre un ataque de pánico y puede ayudar a reducir la tendencia a reaccionar de forma excesiva a situaciones estresantes.
Concluyendo, la clave para decidir si son adecuadas o no es conocer primero muy bien al paciente y aplicarlas en el momento adecuado dentro de la crisis de ansiedad.

Rol de la Terapia y el Apoyo Emocional.

El apoyo emocional, tanto profesional como de seres queridos, es crucial en el tratamiento del trastorno de pánico. Sentirse apoyado y comprendido puede aliviar la carga emocional del trastorno, facilitando el proceso de recuperación.

Por eso en Ags Psicólogos para tratar este problema sabemos de la importancia de implicar a un familiar directo (pareja, padres, hermanos, amigos) de confianza con el que nos podamos apoyar fuera de sesión para sobre todo llevar a cabo las exposiciones a aquellas situaciones donde se pueden producir las crisis de ansiedad y el paciente tienda a evitar sobre todo en las primeras fases del tratamiento.

Grupos de apoyo y terapias de grupo también pueden ser útiles, proporcionando un entorno donde las personas pueden compartir experiencias y estrategias de manejo con otros que enfrentan desafíos similares.

ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN Y AUTOCUIDADO PARA EL TRASTORNO DE PÁNICO.

¿Qué recomendaciones podemos aplicar para prevenir un ataque de pánico en una situación estresante?

Identificación de Desencadenantes.

Conocer las situaciones o actividades que provocan ansiedad puede ayudar a prepararse o evitar ciertas circunstancias que son especialmente difíciles.

En la terapia es muy importante establecer con el paciente una escala de exposición donde vamos estableciendo estas situaciones según el grado de ansiedad que les provoca siendo 100 la más alta e imposible de afrontar en ese momento y 10 la que no aparece prácticamente ansiedad y no les cuesta nada enfrentarse para ir de manera gradual exponiéndose poco a poco a cada una de ellas según vamos avanzando en el tratamiento.

Estrategias de Afrontamiento Proactivas.

Establecer un conjunto de estrategias de afrontamiento, puede ser útil antes de entrar en situaciones que se sabe que son desencadenantes.

Según mi experiencia depende del paciente, por ejemplo, hay pacientes que el hablar con un amigo les resulta efectivo, otros puede ser escuchar música relajante o realizar ejercicios de mindfulness, etc. Por eso tenemos que tener hablarlo con cada paciente ya que no todas son útiles para todo el mundo.

Mantenimiento de un Estilo de Vida Saludable.

La actividad física regular, una dieta equilibrada y suficiente descanso son fundamentales para mantener el equilibrio emocional y físico, lo que puede reducir la incidencia de ataques de pánico.

Cuando un paciente acude las primeras veces a la clínica es muy común que refieran no poder dormir o descansar, realizar ejercicio físico por miedo a sufrir un ataque de pánico o no tener apetito por náuseas o atracones. A medida que se va avanzando en el tratamiento, vamos regulando estos tres aspectos tan importantes ayudando a bajar gradualmente los niveles de ansiedad tan elevados con los que acuden en la primera consulta.

PARA TERMINAR.

El objetivo de este artículo es comprender a fondo qué es el trastorno de pánico así como que los síntomas es muy común confundirlos con un ataque cardíaco y sobre todo tranquilizar a la población que lo sufre que a pesar de los síntomas tan desagradables nadie se muere por un ataque de pánico, dicho trastorno tiene solución si te pones en manos de un profesional de la salud mental.

En Ags Psicólogos somos especialistas en el Trastorno de pánico por la demanda de pacientes que acuden a nuestra clínica con este problema. Estamos en constante formación y conocimiento sobre las últimas investigaciones y técnicas de tratamientos efectivos. Por eso estamos aquí para ayudarte.

 

REFERENCIAS

  1. Goodwin, R., Faravelli, C., Rosi, S., Cosci, F., Truglia, E., Graaf, R. y Wittchen, H. (2005). La epidemiología del trastorno de pánico y la agorafobia en Europa. Neuropsicofarmacología europea , 15, 435-443. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15925492/
  2. Bandelow, B., Späth, C., Tichauer, G., Broocks, A., Hajak, G. y Rüther, E. (2002). Eventos traumáticos tempranos de la vida, actitudes de los padres, antecedentes familiares y factores de riesgo de nacimiento en pacientes con trastorno de pánico. Psiquiatría integral , 43 4, 269-78. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12107864/
  3. Soares-Filho, G., Arias-Carrión, Ó., Santulli, G., Silva, A., Machado, S., Valença, A., & Nardi, A. (2014). Dolor en el pecho, trastorno de pánico y enfermedad de las arterias coronarias: una revisión sistemática. Objetivos de medicamentos para trastornos neurológicos y del SNC , 13 6, 992-1001.